Los entornos virtualizados son dinámicos por diseño, y algunas veces cambian rápidamente con regularidad. A diferencia de los entornos físicos, docenas e incluso cientos de máquinas virtuales pueden ser encendidas en cuestión de minutos. Este tipo de despliegue rápido y a gran escala de máquinas virtuales nuevas o existentes facilita mucho perder el rastro de aquello en ejecución, aquello desconectado, y cuales vulnerabilidades de seguridad pueden estar presentes.

Esto se denomina expansión virtual, lo cual se refiere hacia la condición en un entorno operativo donde el número de máquinas virtuales en existencia alcanza un punto en el cual ya no se pueden gestionar o asegurar eficazmente. En esta situación la seguridad de todas las máquinas virtuales no puede ser garantizada. Los ciberatacantes utilizarán la expansión virtual como una cubierta para localizar una máquina virtual fuera de linea, utilizándola para ganar acceso hacia los sistemas de una organización.

Afortunadamente la expansión virtual puede ser gestionada, hasta cierto grado, con políticas y técnicas para automatización correctas, pero como cualquier sistema ya sea físico o virtual, una sobrecarga puede ocurrir si es permitido a través de una mala gestión o falta de personal.

Fuentes:

https://www.techtarget.com/searchvmware/tip/Understanding-the-files-tha…